Trabajar la fuerza de voluntad

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La fuerza de voluntad es la capacidad de resistir la tentación y mantenerse enfocado en un objetivo o un comportamiento deseado. No se trata de saber llegar al objetivo en sí, sino de persistir en la voluntad de lograrlo a pesar de que podamos no saber cómo afrontar las dificultades que nos impiden llegar a él. Estaríamos ante la idea de no ceder en nuestras pretensiones, no rendirnos y perseverar, aunque no veamos resultados inmediatos. La fuerza de voluntad suele correlacionar positivamente con la capacidad de demora de gratificación.

Aquí hay algunas estrategias que puedes utilizar para entrenar tu fuerza de voluntad:

Establece metas claras y realistas:

Decide qué quieres lograr y establece metas específicas y medibles que te ayuden a llegar allí. Es otro de los mayores problemas que tienen la mayoría de las personas, quieren resultados inmediatos y poco realistas. Querer bajar 15 kg en un mes, o dejar de hacer algo que llevo haciendo los últimos 10 años en una semana.

Haz un plan:

Divide tus metas en pequeñas tareas que puedas realizar día a día. Es algo muy útil para lograr tus objetivos y reforzar tu fuerza de voluntad, dividir el objetivo en diferentes pasos, fases o subtareas. Identifica y crea objetivos a corto y medio plazo que permitan llegar al objetivo final.

Evita situaciones tentadoras:

Si sabes que hay situaciones o comportamientos que te desvían de tus metas, trata de evitarlos o limitar tu exposición a ellos.

Mantén un registro de tus progresos:

Toma nota de tus logros y también de tus retrocesos. Esto te ayudará a identificar patrones y a seguir adelante.

Date pequeñas recompensas:

Gratificarnos según vayamos avanzando en la consecución de objetivos puede servirnos para preservar y fortalecer nuestra motivación.

Practica la autodisciplina:

La autodisciplina es un aspecto clave de la fuerza de voluntad. Practica hacer elecciones difíciles y mantenerte enfocado en tus objetivos.

Duerme lo suficiente:

El sueño adecuado es importante para mantener una buena salud mental y física, lo cual a su vez puede ayudar a mejorar la fuerza de voluntad.

Haz ejercicio:

El ejercicio regular puede mejorar la fuerza de voluntad, ya que ayuda a mantener la salud mental y física.

Encuentra un modelo a seguir:

Una manera de fortalecer la fuerza de voluntad es inspirarte en personas a las que aprecies y admires, aprende sobre ellas en su forma de hacer las cosas y lograr sus metas. Observar la presencia de una gran fuerza de voluntad nos puede ayudar a intentar imitarla y fortalecer la nuestra propia.

Mejor acompañados:

Recibir apoyo externo en el proceso o establecer una meta compartida facilita el refuerzo.

Recuerda, que la fuerza de voluntad se puede entrenar y fortalecer con el tiempo y la práctica. A menudo se describe la fuerza de voluntad como un “músculo” debido a su naturaleza entrenable y mejorable. Al igual que los músculos físicos, la fuerza de voluntad puede fortalecerse y agotarse con el uso. Si bien la fuerza de voluntad no es un músculo literal, la metáfora es útil porque nos permite entender cómo podemos mejorarla a través de la práctica y el esfuerzo consciente. Al igual que un músculo, la fuerza de voluntad se puede agotar si se usa en exceso, por lo que es importante también aprender a cuidarla y recuperarla. Ser consistente y perseverante es la clave para mejorar tu fuerza de voluntad. Y recuerda siempre empezar haciendo lo que más te cuesta al principio del día.