Comprender para vencer la Ansiedad

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¿Cuál es la función de la ansiedad? La función esencial de la ansiedad es la de mantenernos en...

Una vez que hemos conseguido estar más relajados y aceptamos lo que nos está pasando, llega el momento de la comprensión. Entender que la ansiedad es fruto de un mecanismo natural de defensa del ser humano.

¿Cuál es la función de la ansiedad?

La función esencial de la ansiedad es la de mantenernos en alerta ante la advertencia de algún determinado peligro. Este nivel de comprensión es importante para evitar que pensemos que somos unos “bichos raros” y, ni mucho menos, castigarnos por sentir lo que sentimos.

La ansiedad es fruto de un mecanismo natural de defensa del ser humano.

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La ansiedad no es algo negativo

Así pues, a un nivel moderado, la ansiedad no deberíamos valorarla como algo negativo, ni mucho menos, puesto que nos ayuda a tomar precauciones (el problema estriba cuando este mecanismo psicológico se escapa de nuestro control).

Realidad vs Imaginación

Ahora bien, del mismo modo, hemos de ser capaces de ir un poco más allá y saber valorar si la amenaza en cuestión es real o imaginaria.

Entendiendo por “real” un peligro objetivo y con un alto grado de probabilidad (por ejemplo, si desde el departamento de Recursos Humanos de nuestra empresa nos han planteado la posibilidad de despedirnos de manera inminente), y por “imaginario” un peligro subjetivo y más o menos improbable (por ejemplo, si nosotros mismos nos convencemos de que nos van a despedir del trabajo porque creemos que no seremos capaces de llevar a cabo con éxito un nuevo proyecto que ni siquiera aún se nos ha planteado).

Disparadores de la Ansiedad

Es muy importante saber hacer esta distinción entre real e imaginario, ya que con frecuencia la ansiedad suele dispararse ante peligros imaginarios (es decir, altamente improbables). Comprender este mecanismo puede servirnos de mucha ayuda para empezar a poner las cosas en su sitio y valorarlas en su justa medida. Y también a actuar de algún modo, si realmente es conveniente.

No obstante, puede darse la circunstancia también de que se dispare la ansiedad sin que seamos capaces de advertir específicamente motivo alguno.

En tal caso, la compresión en principio pasaría simplemente por la aceptación de las propias emociones y circunstancias presentes, permitiéndonos tomar el espacio necesario para cultivar la calma y la serenidad. En cualquier caso, si vemos que este tipo de ansiedad inespecífica y sin causas aparentes se nos activa de manera reiterada en el tiempo, es aconsejable consultar con algún profesional de la salud, para descartar otras posibles patologías.

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